A pesar de que la mayoría de vosotros estaréis leyendo estas líneas tras acabar el capítulo anterior, os he de confesar que entre el párrafo anterior y este han pasado casi 5 semanas.
Si, 5 semanas, en las cuales pasé por una montaña rusa de emociones.
Lo que os he explicado en el capítulo anterior no se soluciona de un día para otro, se necesita tiempo. Y este es el tiempo que yo necesité para volver a levantarme y recuperar las energías y ponerme de nuevo a escribir.
No os vayáis a pensar que me pasé las últimas 5 semanas en la cama o el sofá llorando. Puede que alguno si, pero no la mayoría. Sobre todo, en las últimas tres semanas me dediqué a saber más sobre el estrés, su origen, los cambios que provoca en nuestra mente, como reducirlo… Como se suele decir, cuanto más sepas de tú enemigo mejor para poder vencerlo.
Cuanto más sepamos de nuestro enemigo, el estrés, mejor para poder hacerle frente
El estrés, un tema complejo y complicado de entender. Aunque yo tuve la suerte de encontrar en internet un video de la gran Dra. Maria Rojas Estape, psiquiatra, que es capaz de explicar como nadie que nos ocurre cuando los pensamientos negativos nos dominan, o como se incrementan nuestros niveles de cortisol en situaciones de estrés, pero sobre todo como podemos trabajar para ser más felices.
El vídeo me encantó, he hizo que me quedara con ganas de saber más. Así que me compré su libro “Cómo hacer que te pasen cosas buenas: Entiende tu cerebro, gestiona tus emociones, mejora tu vida”
Os lo recomiendo a todos. Pero en especial a aquellos de vosotros, que queráis entender cual es el origen de ese malestar que tenemos y como actúan sobre nuestro cerebro y como podemos reducir estos niveles de cortisol disparados.
No quiero hacer spoiler de lo que la Dra. Rojas nos explica, pero si que querría destacar algunos de los puntos que más me llamaron la atención:
- Nuestra mente solo puede tener un pensamiento a la vez, así que, si tenemos un pensamiento negativo, podemos contrarrestarlo con uno positivo
- Para ser felices hemos de centrarnos en el presente, y dejar de recordar el pasado o preocuparnos por el futuro. Más del 90% de las cosas que nos preocupan del futuro, nunca llegarán a pasar
- En situaciones de estrés se segregan multitud de sustancias entre ellas el cortisol, que en situaciones puntuales su efecto es positivo para que nos prepara para hacer frente a estas “situaciones de peligro”, pero de forma continuada sus efectos son perjudiciales. Pero lo más sorprendente es que recordando estas situaciones de estrés, nuestro cuerpo es capaz de segregar estas mismas sustancias, a pesar de que no se trata más que de un recuerdo.
Los recuerdos negativos perpetúan nuestro estrés (altos niveles de cortisol), de ahí la importancia de sustituirlos por pensamientos positivos.
Para ser felices hemos de centrarnos en el presente, y dejar de recordar el pasado o preocuparnos por el futuro. Más del 90% de las cosas que nos preocupan del futuro, nunca llegarán a pasar
En el mismo libro la Dra. Rojas incluye un capítulo de cómo reducir nuestros niveles de cortisol, siendo una de sus recomendaciones la práctica del mindfulness.
¿Mindfulness?
Os he de confesar que la palabra no me era extraña, la había escuchado varias veces, pero exactamente no sabía que era.
Y como os podéis imagina, nuevamente Google me abrió las puertas de este nuevo mundo. Si os aburrís podéis poner en el buscador Mindfulness y os aparecerán más de 1.750 millones de resultados, desde cursos, libros, consultores… Lo que queráis.
Ante el aluvión de resultados, restringí la búsqueda a un método que la Dra. Rojas citaba en su libro de la Universidad de Massachusetts. El programa se denomina MBSR, curso de Mindfulness para la reducción del estrés. Se trata de un programa de 8 semanas de duración y que fue creado por el Dr. Jon Kabat-Zinn.
Este mismo programa, lo podéis hacer online o también se realiza de forma presencial en la mayoría de ciudades de España y otros países.
Intentar explicar en pocas líneas que es el mindfulness y como puede ayudarnos a reducir nuestro nivel de estrés es complejo, pero voy a intentarlo. Lo que se busca con la práctica del Mindfulness enseñar a la mente a prestar atención al presente postulando que la disminución de las preocupaciones acerca del pasado y el futuro puede ayudar a aumentar la aceptación y disminuir el estrés.
Como os he comentado anteriormente, la Dra. Rojas ya nos habla de que la felicidad la encontraremos en el presente y no recordando el pasado o preocupándonos con el futuro Pues a través del Mindfulness vamos a entrenar a nuestra mente para que se centre en el presente.
Los resultados del mindfulness y sus efectos sobre en la modificación en diferentes partes del cerebro se han demostrado científicamente en varios estudios clínicos. Introduciendo el concepto de la neuroplasticidad. Pero como no soy una experta, si estáis interesados en el tema tenéis multitud de publicaciones y videos que os hablan al respecto.
Para concluir solo quiero deciros, que junto al ejercicio físico, la reeducación de nuestra mente en relación a los pensamientos negativos, los complementos de omaga-3, la práctica del mindfulness nos puede ayudar a reducir esos altos niveles de cortisol, asociados a nuestro nivel de estrés.
Como os decía al principio, si quieres acabar con tú enemigo, conócelo en detalle. Y eso es lo que estuve haciendo esas semanas, conocer en detalle los mecanismos que desencadenan el estrés, sus consecuencias y como reducirlo.
Pero si queremos reconstruirnos por completo debemos ir al origen del problema. Esto me hace retroceder al capítulo 2 de esta narración, cuando os hablaba de nuestro propósito vital. Es decir nuestro objetivo de vida, aquello que nos hace realmente felices y hacía donde queremos enfocarnos. Ya que en muchos casos el estrés nos lo provoca o no tener un propósito de vida, o no estar alineado con el mismo
Si queremos reconstruirnos por completo, no solo hemos de reducir nuestro nivel de estrés, sino buscar el origen del mismo, y tratar de eliminarlo.
En mi caso lo que realmente me hace feliz es compartir mis conocimientos, enseñar a otros ayudarles a sacar lo mejor de ellos mismos. Para mi no hay mayor alegría que ver que las personas a las que has ayudado a crecer triunfan.
A nivel laboral cuando he sido más feliz ha sido en aquellos momentos, en los cuales he podido ejercer de “coach” de algunas personas, ayudándolas en un nuevo proyecto o posición. Ver como esa personas va madurando, creciendo, haciendo las cosas cada vez mejor, hasta el punto que ya son mucho mejores que tú no tiene precio.
Tras darle muchas vueltas, estoy convencida que uno de los motivos de mi estrés, ha sido el abandonar este propósito, ya que me centré en otras tareas que no me dejaron tiempo para lo que realmente me gustaba y motivaba.
Lo que me llevó a preguntarme: ¿Cuál era el motivo de centrarte en otras tareas?
La respuesta la podéis ver en los primeros párrafos del primer capítulo y que se podría resumir:
Ante la falta de confianza en mi misma, busqué el reconocimiento a través de los demás. Lo que me llevó a no decir nunca que no a nada, a buscar la perfección a creerme una super mujer. Necesitando cada vez más horas para alcanzar los objetivos desorbitados que me marcaba. Este estado de lucha constante disparó mis niveles de cortisol, disminuyendo mi atención, concentración y memoria, lo que me dificultó aún más el alcanzar los objetivos marcados, entrando en un circulo vicioso, que trajo consigo sintomatología física como los cambios de humor, la falta de sueño, las arritmias cardiacas…
Tras esa era oscura aprendí la lección: ¡las super mujeres no existen! Y bajé mi listón de exigencia conmigo misma y empezado a quererme y valorarme.
En conclusión, mi proceso de reconstrucción se podría resumir en estos 4 puntos:
1- Hay que conocer a nuestro enemigo, el estrés
2- Debemos saber cual es el origen de nuestro estrés. En mi caso fue mi propia autoexigencia y quererme muy poco
3- Reducir/Eliminar el origen de nuestro estrés: yo reduje mi nivel de exigencia y empece a quererme y valorarme. Y sobre todo me centré en mi propósito vital. Un ejemplo, es este relato ;-)
4- Reduciendo nuestros niveles de cortisol: en mi caso fue a través del ejercicio, acupuntura, complementos de omega 3 y mindfulness
No os quiero engañar, escrito aquí puede parecer muy fácil y rápido, pero no es así. Se necesita tiempo para que las cosas poco a poco se vayan poniendo en su sitio, y tanto mentalmente como físicamente estes preparado para dar un nuevo paso.
Pero cada nuevo paso que damos, es un paso más hacia nuestro nuevo yo, mucho más fuerte y y sobre todo feliz.
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