Había tardado tres semanas en aceptar algo que todo el mundo veía menos yo, pero lo importante es que lo había conseguido. Puede que tú tengas la suerte de aceptar esta realidad inmediatamente o quizás necesites de más tiempo, el tiempo no importa lo que importa es que lo consigas.
A pesar de ser un gran paso, no es más que eso, un primer paso en el camino que tenemos que recorrer para nuestra recuperación. ¿Pero tras este primer paso qué? Ya hemos aceptado que tenemos un problema ¿pero cómo encontramos la solución? ¿Qué hemos de hacer para curarnos?
En mi caso lo que tenía claro era que necesita centrar mi mente, ya que me era muy difícil concentrarme en algo. Cerraba los ojos y miles de imágenes y pensamientos corrían libremente por mi cabeza. Era como si mi mente tuviera viva propia. En esta situación era imposible pararme e intentar buscar una solución. Recuerda, que la concentración es la base del dominio de la mente. Y como dominar mi mente si me era imposible concentrarme en algo.
A pesar de que siempre me he tomado a cachondeo el tema de la medicación, ya que hasta ahora no había creído en ella y consideraba un poco frikis a los que la practicaban. En esos momentos pensé que no perdía nada en probarlo. Quizás me ayudaría a recobrar la calma de mis pensamientos. “De perdidos al río”
Al no tener experiencia sobre el tema, recurrí a “San Google” y como os podéis imaginar aparecieron millones de páginas, videos, app… al respecto.
No os voy a decir por cual decantaros ya que creo que lo mejor es revisarlas y optar por la que más os guste. Yo por ejemplo opté por la app Petit Bambú. Te la puedes bajar en el móvil y se trata de sesiones de 10-15 minutos, contando además con 15 sesiones gratuitas.
Lo que puede observar al empezar a utilizarla es que tras finalizar la sesión me sentía más tranquila, aunque no conseguía centrar del todo mi mente. Durante las sesiones me costaba mucho concentrarme y mantener mi mente fija. Miles de pensamientos aparecían dificultando que me concentrara en la sesión. Pero como todo proceso necesita de un tiempo para hacer efecto, así que he seguido repitiendo las sesiones diariamente, y la verdad es que poco a poco me ha sido más fácil concentrarme e ir anclando la mente cuando se perdía por otros pensamientos.
Consejo: si nuestra mente va a mil por hora es imposible recuperarnos. Es básico que seamos capaces de ralentizarla de la forma que mejor nos funcione: meditación, ejercicio…
Tras una semana de meditación, ya notaba sus efectos, me sentía mucho más tranquila y relajada. Y sobre todo al cerrar los ojos, ya no aparecían miles de imágenes y pensamientos en mi cabeza, era capaz de centrar mi mente en lo que deseaba.
La meditación me estaba ayudando, ¿pero podía hacer algo más?
En este momento entró en escena otra persona que ha sido y esta siendo muy importante en mi recuperación y es Andrea. Andrea es mi profe de inglés, aunque con su permiso me gustaría decir que también es mi amiga. Desde el inicio de mi baja le comenté la situación y ella me compartió algo que hasta ese momento era desconocido para mí. Había pasado por un proceso similar hace unos años. El haber compartido esta experiencia y sus conocimientos como coach y practicante de la meditación, me ha ayudado mucho y sobre todo me ha dado a conocer nuevas técnicas de relajación y meditación. Una de la que me gustaría hablaros es el masaje Lomi Lomi.
A pesar de que me encantan los masajes en especial los orientales, no conocía de este tipo de masaje. Se trata de un masaje hawaino. Siendo uno de sus propósitos relajar no sólo los músculos sino el espíritu. Una de las claves del masaje lomi lomi hawaiano radica en actuar al mismo tiempo sobre zonas distales del cuerpo y tratando varias zonas a la vez, ya que al cerebro le cuesta concentrarse en dos áreas diferentes y se "deja llevar" por un balanceo rítmico que ayuda a restaurar la circulación energética mejorando el estado físico, mental y espiritual de la persona. El masaje lomi lomi posee un objetivo, llevarnos de vuelta a nuestra propia naturaleza, profundamente conectados con nuestra inteligencia innata, la sabiduría de la naturaleza y nuestra comunión con el Espíritu. Es una de las vías para la liberación de toda resistencia y la plena apertura a nuestro yo más íntimo y auténtico.
Andrea me recomendó ponerme en manos de Eva y la experiencia fue maravillosa.
Si, lo sé, parece muy friki, pero es una pasada. Aunque no os lo creáis a mitad del masaje sentí que por primera vez en mucho tiempo, volvía a ser dueña de mí mente, la controlaba. Cerraba los ojos y ya no aparecían cientos de pensamientos, mi menta estaba totalmente anclada a mi cabeza
Consejo: debemos tener la mente abierta a probar cosas nuevas. Como dijo Einstein “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”
Esta tranquilidad mental me permitió darme cuenta que había empezado a curarme, incluso a plantearme la vuelta al trabajo ya que había recuperado la energía y era capaz de concentrarme. Pero también ser consciente que no era más que un parche a los síntomas de mi enfermedad, había resuelto los signos del BurnOut pero no había erradicado la causa. Y como buena veterinaria sabía que si no se soluciona la causa tarde o temprano los síntomas volverían a aparecer. Había de llegar a la causa y erradicarla si quería volver a trabajar y no volver a caer en la misma situación.
A lo largo de estas semanas las sesiones con mi psicólogo se sucedían, en una de ellas nuestra conversación fue:
¿Qué es lo que deseas?
Ser feliz. Enséñame a ser feliz
¿Y porque no eres feliz?
Pues no lo sé. Creo que siempre he hecho lo que me tocaba hacer no lo que quería hacer. Es como si hubiera estado siguiendo un guion. Se trata de una película perfecta en la que los personajes tienen todo para ser felices. Pero no es más que una película, ya que realmente la protagonista no es feliz.
¿Y que te gustaría hacer? ¿Qué guion querrías escribir sobre tu vida?
No lo sé, no sé que quiero realmente, pero se que necesito tener un propósito. Necesito algo que me haga de faro, que marque donde quiero ir.
Pues en este propósito es donde tenemos que focalizarnos y trabajar.
Al salir de allí, tenía claro que el siguiente paso que había de dar era hacía la búsqueda de este propósito, mi objetivo vital. Como diríamos en marketing mi propuesta de valor, el eje en el que construir mi nueva vida.
Consejo: buscas la felicidad, pues busca y trabaja tú propósito de vida y la encontrarás
Dándole vueltas al tema y pensando como podría descubrir cual era mi propósito vital me acordé de un libro que hace varios años que compre, “El monje que vendió su Ferrari”.
He de confesaros que la primera vez que lo leí, no me inspiró nada, ni cambió nada en mí. Me imagino que no era el target al que se dirigía o yo no estaba en ese momento vital al que estaba dirigida la narración.
Pero bueno volvamos al momento actual y al recuerdo que tuve sobre el libro. Me acordaba que se trataba de un ejecutivo que le dio un infarto y que decidió cambiar su vida e irse a la India u otro país oriental a aprender de unos monjes a tener una vida más sana y equilibrada. Y que el libro explicaba como podías conseguir esta vida. La verdad es que, salvando las distancias, mi situación era muy similar a la del protagonista del libro por eso decidí volver a leerlo. Si al protagonista le había ayudado, también podría ayudarme a mí.
El libro se divide en varios capítulos donde se habla de diferentes metas que has de irte marcando y técnicas que puedes utilizar para conseguirlo. Se trata del método Sivana. Veréis que podéis encontrar mucha información al respecto y varias publicaciones. Yo os recomiendo este libro, ya que es fácil y rápido de leer. Y las técnicas que nos recomiendan las puede hacer todo el mundo sin ninguna dificultad. Pero podéis utilizar otros si lo preferís
Volviendo al momento en que empecé a releer sus páginas, lo que más me impactó es que sus dos primeros capítulos narraban con exactitud el camino que yo había empezado. Primero hablaba de cuidar la mente, trabajar nuestra capacidad de concentración y eliminar los pensamientos negativos. Y, en segundo lugar, hablaba de la búsqueda de la felicidad, diciendo que esta se consigue trabajando para alcanzar nuestro propósito de vida.
Tras leer estos dos capítulos no tenía ninguna duda de que este libro sería básico en mi camino hacia la curación. Ambos habíamos llegado a las mismas conclusiones, no podía ser una casualidad.
Resumen de este segundo capítulo
- No puedes curar tu mente si esta esta super revolucionada. Necesitas centrarla y controlarla
- Hay diferentes técnicas y métodos para centrar nuestra mente: meditación, masajes…
- Hemos de estar abiertos a probar cosas nuevas. Haciendo lo mismo obtendremos los mismos resultados
- El secreto de la felicidad es simple: averiguar lo que nos gusta (nuestro propósito vital) y dirigir todas las energías hacía esta dirección
Comments